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FUNDACIÓN
HERMANOS VILLEGAS BOTERO


Medellín, agosto 31 de 1999

Contenido

  1. Editorial: Los sesenta de Germán.

  2. Acerca del premio Portafolio.

  3. NOTAS FAMILIA

FRATERNIDAD

EDITORIAL

LOS SESENTA DE GERMAN

Muy bien vividos, muy trabajados, muy disfrutados, muy sufridos… así llega hoy a los sesenta años Germán, el octavo de los hermanos que supera esa cifra simbólica. Decimos que simbólica, porque tradicionalmente marcaba el inicio de la vejez, el fin de la vida laboral, el descanso tras haber prestado ya los servicios a la sociedad, y el comienzo de los años ociosos. Pero la realidad en los miembros de la familia, y en el caso particular de Germán, es muy otra. Llega hoy a esta etapa en la plenitud de fuerzas, con un hogar ejemplar, dispuesto a vivir muchos años más, si el Señor se los concede.

Ha sido una vida dura, quizás la más dura entre los hermanos. Desde muy joven le correspondió constituirse en el compañero de don Arturo, recién jubilado y caprichoso, en el taller Villegas. En la puerta encontrábamos al abuelo, recostado contra la pared en su taburete, y en el interior, manchado de grasa y sudando la gota gorda, a Germán con su equipo de ayudantes. El fue soporte en su dura vejez para su papá que no se resignaba y no podía, por escasez de recursos económicos, retirarse del todo, pero a la vez no estaba preparado para ese nuevo trabajo en el taller montado por los hijos mayores. Allí consumió los años de su juventud Germán, allí inició el proceso de adquisición de una casa en la cual albergar su creciente familia.

Vinieron luego años difíciles, de altibajos, signados muchas veces por la dura inestabilidad laboral. Con paciencia volvía a iniciar nuevos destinos, a buscarle la comba al palo. Y en esos largos años siempre contó, por fortuna, con el incondicional apoyo y el amor sin par de Nora, la compañera inseparable y dulce, comprensiva y siempre optimista, así la procesión
fuera por dentro.

Hoy, con gran complacencia, pueden Germán y Nora mirar hacia atrás y recordar con orgullo el largo camino recorrido. A su alrededor encuentran unos hijos ejemplares, que respondieron con resultados magníficos a los esfuerzos de sus padres; unos yernos y nueras cariñosos y laboriosos; un grupo numeroso y encantador de nietos y nietas. Y Germán, disfrutando del trabajo como nunca, en la empresa de su hijo mayor, Juan Guillermo, que se convirtió, como si replicara lo que en otro tiempo fue Germán con el abuelo, en el apoyo firme para su papá.

Por ello hoy es un día de alegría inmensa para la Fundación, cuyas asambleas y reuniones han contado siempre con la silenciosa presencia de Germán. Es día de gozo para Nora, que ha sabido ser la compañera sufrida, siempre dispuesta a enjugar las lágrimas y alegrar los sinsabores, así sea con chistes subidos de color. Día de fiesta para los hijos,

yernos, nueras y nietos que disfrutan de un abuelo y un padre tan entero físicamente y tan cariñoso.

Brindemos hoy todos juntos para agradecer a Dios esta dicha de encontrarnos reunidos, en buenas condiciones de salud, unidos más que nunca, solidarios en la alegría como también lo hemos sido en los trabajos. Desde el cielo don Arturo y doña Genoveva, Myriam, Luis Fernando, Jorge Humberto y los demás de la familia se unen a esta celebración y con su aplauso refuerzan los nuestros para decirle a Germán: "Sos un buen tipo, mi viejo"… así aún no camines lento ni hayas podido aprender a hablar pasito.

ACERCA DEL PREMIO PORTAFOLIO

Como informamos en el número anterior, Mónica, la esposa de Carlos Mario, postuló a la Fundación para el premio Portafolio en la modalidad de Aporte a la Comunidad. El 23 de agosto recibimos la visita del doctor Andrés Correa Pérez, funcionario de tal empresa para confrontar la información que le habíamos remitido y conocer de cerca nuestra obra. Asistimos un buen grupo de hermanos: Samuel, Fabio, Luis Javier, Gustavo y Carlos Hernán; de sobrinos: Rodrigo y María Luisa, y no podía faltar Carlos Alberto Ateortúa. Nos reunimos en la oficina de Gustavo. La visita fue muy agradable, y el doctor Correa se mostró gratamente impresionado por nuestras realizaciones y destacó el hechos de que todos habláramos con tanto entusiasmo y afecto por la Fundación. Quedamos a la espera del fallo del jurado. Sea éste el que fuere, la Fundación ha dado un buen testimonio que puede ser ejemplo valioso para otros grupos familiares.

Para el conocimiento de todos adjuntamos la breve sustentación, tal como se solicitaba, que enviamos a los organizadores del premio Portafolio.

RESEÑA HISTÓRICA

Fue creada en 1978 por trece (13) hijos del señor Arturo VILLEGAS y la señora Genoveva BOTERO, para fomentar la unión familiar y la solidaridad, a la par que perpetuar la memoria de unos padres que, en una vida modesta y sencilla, habían dejado a su numerosa descendencia la herencia de valores como la honradez, laboriosidad, amor al estudio, respeto, religiosidad, apoyo mutuo y valoración de la tradición familiar. Desde entonces se han ido agregando como miembros unos setenta nietos -los casados con sus cónyuges- y cerca de cuarenta bisnietos. A más de sus frecuentes reuniones para la integración del grupo familiar, presta habitualmente apoyo a familiares necesitados y se proyecta mediante becas a un colegio de clase media dirigido por religiosas de la comunidad Salesiana y auxilia a un hogar-asilo de ancianos a cargo de una parroquia de la ciudad.

PRINCIPALES PRODUCTOS O SERVICIOS

Durante sus veinte (20) años de existencia, la Fundación ha ayudado a familiares -en ocasiones distantes- y a personas necesitadas en emergencias económicas (para gastos de salud, ayudas funerarias, vivienda, educación, mercados...), en escala más bien pequeña, pero siempre oportuna. Con todo, el servicio más destacable tiene que ver con el fomento de los valores familiares. Para ello publica, con frecuencia variable (en promedio cada dos meses) un Boletín que se ha institucionalizado como medio de información y comunicación para una familia extensa y dispersa, con miembros tanto en diferentes ciudades del país como en Venezuela, Estados Unidos, España y Francia. Recientemente se ha creado una página en Internet y el boletín se envía par correo electrónico a los usuarios que lo solicitan.

El eje central de su actividad son las reuniones periódicas. En ellas, a más de conseguir fondos para poder repartir entre los necesitados (la Fundación ejecuta un presupuesto de unos cuatro millones al año, provenientes de las cuotas anuales, de $l2.000 los mayores y $6.000 los menores, y de donaciones absolutamente voluntarias y espontáneas) se busca prioritariamente estrechar la unión entre los miembros de la familia. Merecen destacarse éstas: en abril, la Asamblea Anual estatutaria; en octubre, la fiesta de los niños; en diciembre, las novenas de aguinaldo y las fiestas de Navidad; cada reunión congrega entre sesenta y cien familiares y algunos amigos.

¿POR QUE LA FUNDACIÓN MERECE PARTICIPAR EN EL PREMIO?

Quizás, aunque esto pueda sonar extraño, porque es una empresa casi hecha con palos de tabaco. Los miembros somos de modestos recursos, de clase media, en la gran mayoría empleados, profesionales jóvenes, pensionados o estudiantes. Es un modelo que puede reproducirse por muchas familias colombianas, dadas su pequeña escala y la sencillez de su estructura administrativa.

Frente a una sociedad en crisis, donde los valores tradicionales de laboriosidad y solidaridad han venido en acelerado deterioro, el fomento de la unión familiar, el énfasis en conservar los vínculos con un pasado del que nos podemos sentir ufanos, el apoyo a los necesitados -sean o no de nuestra familia inmediata- son semillas que fructificarán en una sociedad más justa y solidaria. Esta Fundación puede servir de ejemplo a aquellos que no cuentan con mayores recursos económicos y que tengan, sin embargo, deseos de aportar un granito de arena en la construcción necesaria de una sociedad más equitativa y pacifica, deseos que estamos seguros muchos compatriotas nuestros, sencillos y trabajadores, los tienen.

En síntesis, por su pequeñez -como la humilde violeta que se esconde entre las zarzas- esta entidad puede servir de inspiración para tantos hombres y mujeres buenos que tiene esta nuestra querida patria colombiana y de pronto no se atreven a intentar una empresa solidaria por falta de un ejemplo cercano. De hecho, recientemente dos grupos familiares en la región se han inspirado en ella para promover asociaciones similares.

NOTAS FAMILIARES

Como de costumbre, la lista la encabezan los nacimientos. Efectivamente, el 28 de julio nació SAMUEL, el segundo hijo de César Augusto y María Dolly. Ya cumplió su primer mes de vida, y parece que va a seguir los pasos de su tío abuelo cuyo nombre lleva.

El 18 de agosto nacieron los esperados mellizos, JUAN PABLO y MANUELA, hijos de Juan Carlos y Diana. Ellos son la gran novedad en la familia. A los papás que se armen de fuerzas para cuidar semejante parejita.

Por otra parte, no se rompe la tradición de ir a visitar las clínicas. Mientras solo sea de paso…

Valentina ya empezó a practicar las lecciones de sus hermanitos, pero en los

primeros ensayos le tocó que le enyesaran el pie.

Gustavo Adolfo parece que de tanto estudiar se iba quedando cegatón y al volver de España tuvo que ser operado de los ojos.

Juan Eduardo Restrepo fue operado de apendicitis y ya está en plena recuperación.

Natalia sufrió un esguince en un pie… ¿Será de tanto estudiar o de bailar?

Nora Elena fue hospitalizada y ya está en la casa, aunque debe guardar reposo. Todo sea por la salud de ese futuro bebé.

Marta Myriam, Chucho y los hijos viajaron a España a establecerse en Madrid. Con su habitual cariño por la Fundación nos dejaron diferentes objetos que en su debido momento remataremos. Mil gracias y que tengan muchos éxitos en su nueva residencia.

Mauricio, Luz María y los hijos se fueron a vivir al edificio de Conquistadores donde están Juan Camilo y Angela, Juan Carlos y Diana, Maiko y Judith, y Dover con Isabel Cristina. Invitan a una jugarreta el jueves 2 de septiembre a las 8 p.m. Que Germán no falte.

Judith recibió el viernes 27 el grado de Contadora Pública, otorgado por la Universidad de Medellín. Muchas congratulaciones y que siga las huellas del papá.

Oliva realizó con éxito su exposición de pintura en el Hotel Dann Carlton. La felicitamos. Ella a su vez agradece a los familiares que la acompañaron en la inauguración y a los que compraron sus obras.

Margoth, a quien no tenemos cómo agradecer la atención que ha prestado a Teresita en su larga pero eficaz convalescencia, obtuvo el segundo puesto con su stand en la exposición de Orquídeas, pájaros y flores. ¡Cuánto nos alegra y compartimos este triunfo como de la Fundación, porque has estado como pocos muy cerca de nosotros y siempre has participado de nuestras alegrías y nos has ayudado a sobrellevar las penas!

Jorge Enrique se lució con la estupenda fiesta que organizó el 16 de agosto en la finca La Toja para celebrar los cincuenta años de matrimonio de Samuel y Aura. Nos reunimos más de cien personas, una villegada hasta rara. El padre Ernesto celebró la eucaristía, con participación de la familia, y luego tuvimos

una tarde excepcional de alegría fraternal. ¡Te pasaste, Jorge!

Inés, la esposa de Alejandro, viene por estos días a Medellín, como madrina de un matrimonio. Bienvenida.

No podemos dejar pasar por alto la dedicación con que Carla Cristina colaboró con el cuidado y compañía de Teresita mientras estuvo hospitalizada. Muchas gracias.

NO FALTE

El sábado 4 de septiembre, a las 8 p.m. vamos a reunirnos en el restaurante Casa de Campo, abajo del hotel Intercontinental, para festejar los 60 años de Germán. La cuota es de $20.000 por cabeza, con derecho a comida, traguito, biscocho… Le entregaremos la placa de la Fundación. Por favor, le pedimos confirmar su asistencia a Oliva o a Teresita. Procuremos asistir el mayor número de los de la familia. Compensemos la mala pasada que el terrorismo urbano nos jugó cuando sus 50. Paguémosle esa deuda de cariño y aprecio.

 

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Última actualización: Julio 15 de 2.005