EDlTORlAL

La Familia Villegas Botero es un árbol añoso y fecundo, a cuya sombra nos cobijamos casi un centenar de personas.

Desde ese momento en que Arturo, un próspero comerciante de Sonsón, (El Cometa, en plena plaza principal), y Genoveva, una joven culta y bella de la calle principal de La Ceja, se unieron en matrimonio de por vida, han pasado casi 65 años.

No fue mucho lo que duró la riqueza. Los que nacimos ricos siempre hemos vivido pobres. Los que nacieron pobres, al igual que nosotros nunca han necesitado riquezas ni para pertenecer a esta familia ni para formar nuevas familias con una riqueza da virtud, de cultura, de amor y de unión, como quizás no hubiéramos conseguido sin el fracaso prematuro.

Después de tener 17 hijos, de los cuales aún vivimos 14 y de impartirnos una formación moral imbatible, murió Genoveva en 1.960. Algunos temimos que la familia se disgregaría. Paro no. Arturo, ya de sesenta, jubilado y enfermo, tuvo la magia de convertir su ocio forzado en un esfuerzo titánico de consolidar la unión. Llamadas telefónicas, jugarretas los sábados, Navidad con billetico de aguinaldo para todos los nietos y cuántas tretas más que cada uno sabe.

Al morir él en 1,978, hace 10 años, ya no había temores. La misma noche del entierro, en una cena agridulce de separación y de triunfo, constituimos la "Fundación Hermanos Villegas Botero".

Es un proyecto fraternal que ha consolidado la unión, el cariño, la generosidad de todos. 14 hermanos, 13 cuñados o cuñadas, ... hijos e hijas, ... nietos y nietas. Ese árbol ya adulto y frondoso cobijará nuestra fraternidad para siempre.